DESINTEGRACIÓN FAMILIAR
La desintegración familiar constituye una modalidad de
desintegración la cual es rompimiento de la unidad o la quiebra en los roles de
sus integrantes, por su incapacidad de desempeñarlas en forma consiente y
obligatoria, una desintegración familiar es el producto del quebrantamiento de
la unidad o insatisfacción de las necesidades primarias que requieren sus
miembros.
Guatemala ha experimentado un significativo de cambios en
esa vida familiar en las formas de vida, tendencias notables incluyen una
incidencia creciente de madres solteras y mujeres como jefas de hogar, esto
asociado con los niveles decrecientes de matrimonios, el aumento de nacimientos
fuera de matrimonios, tasas altas de divorcios, separaciones de común acuerdo,
inclusión de la mujer en trabajos que eran exclusivos para hombres y así
ganarse el sustento diario de la familia, procesos simulares han sido notados
en otras partes del continente americano.
Las formas de desintegración
Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran
en los puntos siguientes:
• Abandono: se da cuando alguno de los padres decide dejar
el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas de la vida
o porque el ambiente esta muy tenso, predomina la discordia y n hay armonía por
lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, y
que los daña mucho más.
• Divorcio: se a definido por el vinculo familiar que se
rompe en la pareja, ya sea por decisión de algunos de ellos o decisión común
acuerdo; para divorciarse ahí que presentarse frente a las autoridades de
Registro civil, encargado de dictaminar en que termino se disolverá la unión y
los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con los hijos si
hubiese.
• Abandono involuntario: se da cuando alguno de los padres
por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir no es decido y es inevitable.
Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración so diferentes
a los de las otras formas; en los hijos barones de seis a nueve años de edad la
muerte de sus padres se le crea un aspecto negativo mayor, pero de menor
intensidad comparados a los del divorcio o abandono.